SIETE SIGNOS QUE REVELAN QUIEN JESÚS ES - #4
Cuando Jesús pasó por encima del mar de Galilea, una «mucha gente lo seguía, porque veían las señales milagrosas que hacía en los enfermos» (Juan 6:2, NVI). Cuando Jesús vio a la multitud de cinco mil, tuvo compasión de ellos. Jesús le preguntó a Felipe dónde podían comprar pan para alimentar al pueblo. «Ni con el salario de ocho meses podríamos comprar suficiente pan para darle un pedazo a cada uno - respondió Felipe. Otro de sus discípulos, Andrés, que era el hermano de Simón Pedro, le dijo: Aquí hay un muchacho que tiene con cinco panes de cebada y dos pescados, pero ¿qué es esto para tanta gente» (Juan 6:7-9, NVI)?
Jesús tomó los panes y los peces. Luego hizo lo suficiente para alimentar a los 5,000. «Una vez que quedaron satisfechos, dijo a sus discípulos: «Recojan los pedazos que sobraron, para que no se desperdicie nada. Así lo hicieron, y con los pedazos de los cinco panes de cebada que les sobraron a los que habían comido, llenaron doce canastas» (Juan 6:12-13, NVI). ¿Hay una lección espiritual que se debe aprender de este pasaje de las Escrituras? A pesar de la cantidad de gracia que Dios ya ha mostrado, siempre tendrá más que suficiente para cualquiera.
El propósito del cuarto signo era revelar que Jesús es el Mesías y el Hijo de Dios. Sin embargo, el pueblo rechazó a Jesús como el Mesías. «...comenzó a decir: En verdad éste es el profeta, el que ha de venir al mundo» (Juan 6:14, NVI). La multitud evidentemente quería un Mesías que satisfaga sus necesidades físicas en lugar de sus necesidades esspirituales.
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